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Desde el Yáquimo

Cultura

Cumple años la voz del son

Cumple años la voz del son

Fue el 17 de octubre de 1935,  donde las cálidas aguas de Mar Caribe se abrazan con tierra firme. En un humilde pueblito de pescadores registrado en la toponimia nacional como Guayabal, aunque allí no pululen esas frutas, nació un ser que vino al mundo orlado con la mística marina y el carisma de nuestros acordes más populares.
Cuenta que imperfecciones en el físico indujeron al más ocurrente del costero asentamiento a buscarle similitudes con los escuálidos, de ahí el apodo convertido en todo un ícono de la música popular cubana: Eduardo “Tiburón” Morales.
Allegados a este hombre, hecho a la medida de la simpatía y el buen carácter, narran sus muchachadas costeras y de la presencia en sus labios de alguna melodía de moda. De su pasión por el juego de pelota y las travesuras que le trajeron más de un  regaño hogareño.
El mocetón se fue a la búsqueda de futuro. El ingenio le abrió las puertas del empleo y las posibilidades para la práctica organizada del béisbol. La primera base o el out field, estuvieron en sus preferencias deportivas. Insisten sus contemporáneos en su manía de cantar, guardar dulces en los bolsillos o debajo del colchón.
Primero fueron los equipos camagüeyanos, luego los orientales, pero allí, madero al ristre, con la sonrisa a flor de labios y un  constante y pegajoso  tumba’ o, estaba el “peje”, nombrete que lo signa e identifica entre quienes lo queremos.
La música le vino como una revelación ancestral. En ella encontró plena satisfacción. Así transitó por grupos aficionados y agrupaciones como “Inspiración”, “Maravillas de Florida y “Avance juvenil”.
Dicen que la suerte estaba de su lado. Un día de 1978, el maestro Adalberto Álvarez, buscaba una voz líder para su nuevo conjunto “Son 14”. Allí se presentó “El Peje” y le espetó al maestro a boca de jarro:” ¡no busques a nadie más; ese cantante soy yo!”
 De ahí en lo adelante la historia es conocida. Son 14, luego de la salida de Adalberto, siguió liderado por Tiburón y afincado a los más auténticos  y tradicionales ritmos populares. En él, el son encontró una voz y un estilo.
Giras nacionales e internacionales. Presentaciones en importantes festivales dedicados a la mal llamada Salsa;  intercambio con figuras de renombre en el mundo musical contemporáneo como Oscar D’ León, Bob Marley, La Masiel y muchos más, cuentan en el recorrido musical de este “amanciano”, como él mismo se auto titula.  
Hechizado por la sapiencia popular, esa misma con que entona sus cumbias, sones y guarachas, Tiburón  Morales se muestra auténtico, vigoroso y pleno en el septuagésimo quinto aniversario de su nacimiento.  
Por eso en el mismo rinconcito, donde el Mar Caribe se abraza con tierra firme. En el Guayabal sin guayabas, en el sitio de sus andanzas infantiles y juveniles, de su amor por la pelota,  se le rinde tributo al escuálido que canta y hace bailar al más quieto y pasivo de los humanos, a nuestro: Tiburón Morales.

Gobernadores del rocío

Gobernadores del rocío

Gobernadores del rocío, novela haitiana con una inigualable carga humana, me ayudó, desde mi adolescencia, a conocer a ese hermano país; sus tradiciones, costumbres, humildad, sencillez; la obra muestra además, la pobreza que por siglos ha signado a esa nación, amén de haber sido la primera en estos lares en desterrar la esclavitud.

Manuel, personaje protagónico de la novela de Jacques Roumain, vino a Cuba procurándose mejor manera de vivir, al igual que muchos de sus paisanos que luego se quedaron para siempre entre nosotros. El joven Manuel no.Volvió al no encontrar mejoría, pues en aquellos tiempos la isla era un hervidero de calaminades como su Haití natal.

Pero de regreso, Manuel encontró mayor precariedad en su terruño: apenas en pie sus padres. Délira y Bienaimé, como la mayoría de los ancianos de la vecindad, casi mueren. La sequía ahogaba a toda la aldea. Ni animales, ni plantas escapaban de la tregedia. Sintió morir. Quiso poner fin a su días ante la impotencia, pero Anaísa, su novia que fielmente le esperó, avivó su tristeza, el amor todo lo puede: Manuel y su compañera, luego de mucho sacrificio, entrega y tezón, lograron encontrar el agua y llevarla de nuevo a la aldea para hacer renacer la vida.

Hoy, cuando veo las imágenes de Puerto Príncipe, destruido, derrumbado..  muerto, convertido en el infierno de este mundo, recuerdo la obra clásica de la literatura latioamericana. Vuelvo a Manuel y a Anaisa; !cuánto amor!. Veo   haitianos, cubanos; negros, blancos, de todas partes, unidos, en una lucha sin fronteras contra la muerte... nada, como en Gobernadores del rocío, cuando el agua llenó de vida nuevamente a la aldea del joven Manuel, estoy segura que Haití, acompañado por sus hermanos del Alba, ni siquiera soñada por Manuel y Anaisa; con  la solidaridad de la mayor parte del mundo, volverán a reconstruir, a reir, amar y  vivir.

Desde el Yáquimo

Desde el Yáquimo

Bañada por el Río Yáquimo, La Sábana de igual nombre, en el municipio de Amancio, es terreno fértil, donde la hierba camagueyana crece sirviendo de pasto para el ganado vacuno, abundante en estos lares.
Aquí, entre palmares y algarrobos, nací. Aquí transcurrió mi infancia plena de fantasías. Aquí siempre quiero volver.
Por el Río Yáquimo se trasladaron hasta el embarcadero del puerto de Guayabal, los primeros productos de la incipiente industria azucarera amanciera, procedentes del Ingenio Madre Vieja, perteneciente a Don Manuel Cabrera La Fuente, mi bisabuelo, hacendado de orígen español que llegó a estos predios buscando fortuna.
"Desde el Yáquimo" les trasmito ahora mis vivencias.Vivencias de este pueblo sencillo, humilde, emprendedor; apegado a sus tradiciones y a la cultura campesina.