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Desde el Yáquimo

Mi nietecita

Mi nietecita

Mi pequeña Elizandra de Los Milagros, vino al mundo a las 33 semanas de gestación, pesó solo 3 libritas y aquí está, a los 3 meses con 13 libras y media; todo gracias al empeño de su familia y a la medicina cubana    

 

Cumple años la voz del son

Cumple años la voz del son

Fue el 17 de octubre de 1935,  donde las cálidas aguas de Mar Caribe se abrazan con tierra firme. En un humilde pueblito de pescadores registrado en la toponimia nacional como Guayabal, aunque allí no pululen esas frutas, nació un ser que vino al mundo orlado con la mística marina y el carisma de nuestros acordes más populares.
Cuenta que imperfecciones en el físico indujeron al más ocurrente del costero asentamiento a buscarle similitudes con los escuálidos, de ahí el apodo convertido en todo un ícono de la música popular cubana: Eduardo “Tiburón” Morales.
Allegados a este hombre, hecho a la medida de la simpatía y el buen carácter, narran sus muchachadas costeras y de la presencia en sus labios de alguna melodía de moda. De su pasión por el juego de pelota y las travesuras que le trajeron más de un  regaño hogareño.
El mocetón se fue a la búsqueda de futuro. El ingenio le abrió las puertas del empleo y las posibilidades para la práctica organizada del béisbol. La primera base o el out field, estuvieron en sus preferencias deportivas. Insisten sus contemporáneos en su manía de cantar, guardar dulces en los bolsillos o debajo del colchón.
Primero fueron los equipos camagüeyanos, luego los orientales, pero allí, madero al ristre, con la sonrisa a flor de labios y un  constante y pegajoso  tumba’ o, estaba el “peje”, nombrete que lo signa e identifica entre quienes lo queremos.
La música le vino como una revelación ancestral. En ella encontró plena satisfacción. Así transitó por grupos aficionados y agrupaciones como “Inspiración”, “Maravillas de Florida y “Avance juvenil”.
Dicen que la suerte estaba de su lado. Un día de 1978, el maestro Adalberto Álvarez, buscaba una voz líder para su nuevo conjunto “Son 14”. Allí se presentó “El Peje” y le espetó al maestro a boca de jarro:” ¡no busques a nadie más; ese cantante soy yo!”
 De ahí en lo adelante la historia es conocida. Son 14, luego de la salida de Adalberto, siguió liderado por Tiburón y afincado a los más auténticos  y tradicionales ritmos populares. En él, el son encontró una voz y un estilo.
Giras nacionales e internacionales. Presentaciones en importantes festivales dedicados a la mal llamada Salsa;  intercambio con figuras de renombre en el mundo musical contemporáneo como Oscar D’ León, Bob Marley, La Masiel y muchos más, cuentan en el recorrido musical de este “amanciano”, como él mismo se auto titula.  
Hechizado por la sapiencia popular, esa misma con que entona sus cumbias, sones y guarachas, Tiburón  Morales se muestra auténtico, vigoroso y pleno en el septuagésimo quinto aniversario de su nacimiento.  
Por eso en el mismo rinconcito, donde el Mar Caribe se abraza con tierra firme. En el Guayabal sin guayabas, en el sitio de sus andanzas infantiles y juveniles, de su amor por la pelota,  se le rinde tributo al escuálido que canta y hace bailar al más quieto y pasivo de los humanos, a nuestro: Tiburón Morales.

El nacimiento de un líder

El nacimiento de un líder

La  tranquilidad del día rompe la rutina. El ambiente se torna tenso. La lírica del  canto de un sinsonte se pliega en cómplice fusión a la espera del alumbramiento. Valeriana está sudorosa; los dolores son irresistibles. Basilio bebe de un sorbo la taza de café recién colado. Al fin el grito de la criatura: ¡Es varón!,  exclama la comadrona.
Es 16 de octubre de 1917. El regocijo colma la colonia de Cuatro Caminos, del barrio camagüeyano de Cascorro. El niño recibe por nombre Amancio Rodríguez Herrero.
Desde joven se inclina hacia los senderos de  la justicia y lleva como estrella  un destino que lo une irremediablemente a compartir su suerte con cuanto desposeído esté cerca de él.
Así se van desgranando acontecimientos que lo convierten en un fervoroso defensor de los humildes. Realiza labores agrícolas de cualquier tipo, se caracteriza por su empeño en cada tarea acometida. Gana la militancia del Partido Comunista. Estudia, se supera y trabaja sin descanso. Crece su prestigio.
Se convierte en indiscutido líder de los trabajadores azucareros. Deambula cañaverales y todas las áreas del ingenio, De reunión en reunión capta aspiraciones proletarias. Pleitea con los representantes de la compañía norteamericana dueña del central Francisco. Gana uno tras uno los pleitos.
Ya es una  personalidad respetada por su firmeza de principios. Lo aclaman las masas. Asume como timonel los destinos del sindicato de los trabajadores azucareros. Ocupa cargos directivos en el Partido. Ya es un hombre maduro.
En medio de la vorágine de las luchas obreras y de apoyo al campesinado, hace familia. Dos varones vienen a llenar de afectos el poco tiempo que queda de los trajines sindicales. Crece el peligro. Llegan  las advertencias. No escucha, sigue al frente de la batalla de las vindicaciones proletarias.
La muerte acecha vestida con el velo de la  traición. El deber lo llama. Amancio no desmaya, se afinca en los principios y asiste a la conjura, donde, junto a su inseparable compañero José Oviedo Chacón, es asesinado. Es 18 de septiembre de 1949.
El crimen no quedó impune. Con la alborada de enero, casi diez años después, llega la justicia. En las altas chimeneas del ingenio nacionalizado, el pueblo escribe con trazos de honra y perpetuidad el nombre que signa para la eternidad a esa fábrica: Amancio Rodríguez Herrero.

Ser madre es maravilla

Cuando confirmé mi primer embarazo, hace ya veintiseis años, supe que mi vida había cambiado de forma radical; ya nunca más pude dormir las mañanas, ya nunca más respiré con alivio.

Cualquier síntoma, normal o anormal, es motivo de alerta para una madre, se disfruta desde la primera patadita hasta la dolorosa contracción, nada reconforta más que verlo sonreír angelical mientras dormita. No descansas por velar su sueño, no desmayas por verlo crecer, es una fiesta  el primer dientecito, los primeros pasos, la alegría es indescriptible cuando dice mamá...

Tampoco cuando crece tendrás respiro, estarás pendiente de sus amigos, salidas, relaciones, estudios, triunfos y fracasos. Rreirás si ríe, llorarás cuando esté triste, vivirás su vida porque la tuya ya no tendrá otra razón.

Ser madre es desprenderse de todo por darlo todo, ser madre es disfrutar y es también sufrir; una madre es aquella mujer que teniendo dos caramelos y dos hijos, dirá siempre que no le gusta la golosina; cuando se es madre se es ternura y fuerza en unión perfecta porque sencillamente, ser madre es maravilla.

El amor es oro

El amor es oro

“Ató con cintas los desnudos huesos/ el yerto cráneo coronó de flores/ La horrible boca la llenó de besos/ y le contó sonriendo sus amores…”
La tétrica letra de Boda negra, antológica pieza musical de la cancionística cubana, suscitó la polémica entre mis compañeros de trabajo. Para unos, demasiado lúgubre para ser amor, para otros, demasiado amor para ser tan lúgubre.
Sencillamente, es así ese sentimiento, tan contradictorio como cotidiano. Que a decir de José Martí: “es oro”. Ciertamente lo es, y como oro al fin, escaso en tiempos turbulentos.
Por tradición, en otras latitudes del mundo, regalar chocolates, peluches, perfumes, prendas y toda muestra de valor material es costumbre cada 14 de febrero, homenaje a San Valentín. Para algunos pueblos es el Día del Amor y la Amistad, mientras que en otros, simplemente, Día de los Enamorados.
Algunos cubanos, esos que añoran todo lo de a fuera, optan por copiar estas tendencias, aunque atente contra su economía personal y los requerimientos prácticos de sus parejas; en otra escala estamos los tradicionales, quienes mantenemos la costumbre de la sencilla y emocional tarjeta franqueada o el ramo de rosas cargadas de lenguaje amoroso desde tiempos remotos.
“Prefiero que me regalen algo útil, que dure. Las flores han dejado de ser una cosa única, un detalle. Las acepto, pero acompañadas de algo más sustancioso…”
Pobre criterio, pero criterio al fin y generalizado en determinados segmentos poblacionales, especialmente en quienes carecen de iniciativas y sentimientos propios, desoyendo los reclamos de las mejores tradiciones del ser humano.
“Amar sobre todo, confiar y desdeñar; esa es tal vez la verdadera vía de vida”. De nuevo Martí. El Maestro, ese que nos guía con su savia inextinguible por los senderos más luminosos. Amemos entonces, confiemos sobre todo, esperemos que nuestro relevo sepa saltar escollos y llevar adelante la transparencia del sentimiento más puro que existe. Solo si amamos podemos llegar a comprender lo que somos capaces de hacer por los demás y por nosotros mismos.
“Yo abrazo a todos los que saben amar”. Prédica martiana que dignifica a este 14 de febrero. Más que elegir el regalo caro, suntuoso o tradicional, reflexionemos, busquemos en lo más profundo de nuestras almas la esencia verdadera del amor. Pobre de quien nunca haya amado, más pobre todavía quien no inspire pasiones sublimes.
Y no se trata de soslayar los tropiezos y contratiempos propios de todo sentimiento humano, al contario, recuerde que “el amor es un ejercicio de jardinería: Arranque lo que hace daño, prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide. Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, mas no por eso abandone su jardín”
Más allá del obsequio un día señalado en el año, lo importante será la constancia, la entrega o la dedicación que prodiguemos a esa otra parte importante de nuestra existencia. Sólo así, se lo asdeguro, tendrá por siempre todo el oro del mundo.

Gobernadores del rocío

Gobernadores del rocío

Gobernadores del rocío, novela haitiana con una inigualable carga humana, me ayudó, desde mi adolescencia, a conocer a ese hermano país; sus tradiciones, costumbres, humildad, sencillez; la obra muestra además, la pobreza que por siglos ha signado a esa nación, amén de haber sido la primera en estos lares en desterrar la esclavitud.

Manuel, personaje protagónico de la novela de Jacques Roumain, vino a Cuba procurándose mejor manera de vivir, al igual que muchos de sus paisanos que luego se quedaron para siempre entre nosotros. El joven Manuel no.Volvió al no encontrar mejoría, pues en aquellos tiempos la isla era un hervidero de calaminades como su Haití natal.

Pero de regreso, Manuel encontró mayor precariedad en su terruño: apenas en pie sus padres. Délira y Bienaimé, como la mayoría de los ancianos de la vecindad, casi mueren. La sequía ahogaba a toda la aldea. Ni animales, ni plantas escapaban de la tregedia. Sintió morir. Quiso poner fin a su días ante la impotencia, pero Anaísa, su novia que fielmente le esperó, avivó su tristeza, el amor todo lo puede: Manuel y su compañera, luego de mucho sacrificio, entrega y tezón, lograron encontrar el agua y llevarla de nuevo a la aldea para hacer renacer la vida.

Hoy, cuando veo las imágenes de Puerto Príncipe, destruido, derrumbado..  muerto, convertido en el infierno de este mundo, recuerdo la obra clásica de la literatura latioamericana. Vuelvo a Manuel y a Anaisa; !cuánto amor!. Veo   haitianos, cubanos; negros, blancos, de todas partes, unidos, en una lucha sin fronteras contra la muerte... nada, como en Gobernadores del rocío, cuando el agua llenó de vida nuevamente a la aldea del joven Manuel, estoy segura que Haití, acompañado por sus hermanos del Alba, ni siquiera soñada por Manuel y Anaisa; con  la solidaridad de la mayor parte del mundo, volverán a reconstruir, a reir, amar y  vivir.

Desde el Yáquimo

Desde el Yáquimo

Bañada por el Río Yáquimo, La Sábana de igual nombre, en el municipio de Amancio, es terreno fértil, donde la hierba camagueyana crece sirviendo de pasto para el ganado vacuno, abundante en estos lares.
Aquí, entre palmares y algarrobos, nací. Aquí transcurrió mi infancia plena de fantasías. Aquí siempre quiero volver.
Por el Río Yáquimo se trasladaron hasta el embarcadero del puerto de Guayabal, los primeros productos de la incipiente industria azucarera amanciera, procedentes del Ingenio Madre Vieja, perteneciente a Don Manuel Cabrera La Fuente, mi bisabuelo, hacendado de orígen español que llegó a estos predios buscando fortuna.
"Desde el Yáquimo" les trasmito ahora mis vivencias.Vivencias de este pueblo sencillo, humilde, emprendedor; apegado a sus tradiciones y a la cultura campesina.

Descanse en paz, Michael Jackson

Michael JacksonMichael se fue, aquel muchachito afronorteamericano que despuntó en la música desde que se lo propuso, no respira más.

“Descanse en paz”, diría mi abuela. “Descanse en paz”, digo yo, al menos que reposen sus huesos cansados, su anatomía toda maltratada, intervenida una y otra vez; en fin, su psiquis atormentada.

Su arrolladora existencia no fue el mejor ejemplo pero sí una gran escuela. Quizás nunca imaginó terminar como lo hizo, a lo mejor supuso que acunaría hijos de semen donado y bien pagados, que no tendría color ni rostro definido, que la justicia lo inculparía una y otra vez por causas diversas, en fin, que toda su vida sería una constante amenaza.

Cuando subió a un escenario por primera vez, a los cuatro años de edad, apenas pensaba; junto a sus hermanos en la agrupación Los Jackson Five, era solo un adolescente con muchos sueños.

De golpe le llegó todo lo demás: gloria, fama, dinero…!tragedias!. Si fue o no feliz, ¿quién lo sabe? Aunque una existencia tan revuelta no tiene espacio para la felicidad pero… ¿quién sabe?.

Ahora sólo sé que Michael Jackson se fue, ya no estará más entre los vivos; su muerte también es un enigma, solo se dijo que su corazón dejó de latir o lo hizo tan fuerte que no lo soportó. ¿Verdad o no?, nunca lo que sobre él se ha dicho es la pura verdad, ¿qué más da?.

Lo real es que murió, millones de personas en el mundo lo lloran, yo entre ellas; no importa su color o su sexo, se trata solo de un ser humano hecho y deshecho por una sociedad que un día lo lanzó al estrellato y ahora lo lleva a la tumba.

“Descanse en paz”, diría mi abuela. “Descanse en paz Michael Jackson”, digo yo.

Y aquella muchachita se hizo mujer

Yaima García VázquezCuando vine a vivir en la Calle C del reparto El Batey, en este municipio del suroriente cubano, lo que más llamó mi atención fueron los niños, en especial una pequeña tímida, rubia y delicada como una flor. Hoy, a diez años de mí llegada a este emblemático sitio, vuelvo a sentirme especialmente conmovida. Frente a mí está aquella muchachita, pero se me antoja un ser especial porque tiene una linda historia que contar.

-“Inmediatamente después de graduada, comencé un diplomado de Terapia Intensiva y Emergencias en La Habana, con una duración de tres meses, donde la parte práctica se hacía en la provincia a la cual cada uno pertenecía, en mi caso, aquí, en el municipio de Amancio. No se había cumplido el mes de práctica, cuando me llamaron a cumplir la misión en Venezuela”.

-¿Lugar específico de la patria de Bolívar?.

-“En el Estado Aragua, en la ciudad de Maracaibo. Allí atiendo todo tipo de pacientes, pero las emergencias ya sean de niños o embarazadas se destinan a los hospitales del gobierno.”

-Experiencias...

-“Millones….desde pacientes que llegan a los hospitales y por no tener dinero no son atendidos y pierden la vida en los pasillos, otros, cuando vienen a nuestras manos ya son insalvables; a veces, gracias a los grandes esfuerzos que hemos hecho logran salvar sus vidas, de ahí no quieren atenderse si no es con los médicos cubanos”.

-¿Qué le ha dado esta misión a tu vida profesional?

-“¡Mucho!, de hecho he aprendido a hacer muchas cosas que aquí todavía no hubiera realizado, en los tres años que se hace una residencia no lo hubiera hecho. He atendido todo tipo de pacientes y todo tipo de emergencias; pacientes infartados, con insuficiencia cardiaca, politraumatizados, ya sean por accidentes o por disparos, en fin…casos que aquí no son frecuentes”.

-Para los jóvenes médicos como tú, ¿qué aportan estas experiencias?

-“Es, en primer lugar, la oportunidad de cumplir con la Revolución que nos forma, que confía en nosotros, que nos impulsa a ayudar a otros, no solo en Cuba, también en otras partes del mundo. También conocemos cómo viven otras personas, aprendemos de su cultura y llevamos la nuestra; en Venezuela, ayudamos a su proceso, para que continúe y se perfeccione”.

-¿Cómo es uno de tus días en Venezuela?

-“¡Tormentoso!, tú tienes mucho trabajo, en los días de trabajo uno no tiene tiempo ni de pensar en la familia, solo se piensa en ella en los momentos que estás, por ejemplo, en una posguardia, si es que tengo tiempo de descansar”.

-¿Nostalgias?

-“Las nostalgias son, como dije, los días de posguardia, cuando tienes una jornada tranquila, que son muy pocas. Estrés es mucho, no sabes en qué momento te va a llegar una emergencia, tú estás pensando solo en lo que puede llegar, solo en eso, no hay tiempo para más”

-Serás toda una profesional cuando termines...

-“Bueno, estoy haciendo dos especialidades a la vez, Terapia Intensiva y Emergencias y Anestesiología y Reanimación. Además, tengo un compromiso con la patria, con mi familia y conmigo misma: salir adelante, enseñar a todo el que se relacione conmigo, a conocer lo que es en realidad un proceso socialista como el nuestro, en fin, ser una joven digna, orgullosa de vivir en Cuba”.

Yaima García Vázquez tiene ahora 24 años de edad, junto a cuatro intensivistas y demás personal de la salud de Cuba y de Venezuela atiende a quienes necesitan de un médico o de un amigo en el Centro de Diagnóstico Integral en la ciudad de Maracaibo, Estado Aragua; sigue siendo pequeña, tímida, rubia y delicada como una flor.

-“Soy así, pero pienso en los demás y estoy segura de que ahora sí soy una mujer”.

Diferencias

Carmen López Martínez en Radio MaboasCarmen López Martínez, una amanciera residente en España, rastrea a diario Red de redes para “sentirse cerca de los suyos”. Conocer qué pasa en su terruño natal, constatar cómo avanzamos”, y hasta se enorgullece cuando cuenta a los amigos sobre su cielo, “el más azul que se haya visto nunca”.

En tanto, Jonny, mi vecino, sentado en la esquina más céntrica del barrio, se crece cuando luce  jeans Tommy,  camiseta Armani o los tenis Adidas. No responde el saludo de quienes transitan a su lado, no escucha nada, Jonny, solo tiene oídos para  la música ajena que sale de su MP4.

Carmen, sabe que “patria es  dicha de todos, y dolor de todos y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie”. Jonny, no tiene idea del significado de esa palabra.

José Martí, quien amó entrañablemente a la humanidad, decía que: “Algunos pasan vendados por el mundo, sin conocer, por el entretenimiento del egoísmo, que la patria es nuestra extraña”.

Decía El Maestro que “se debe querer a la tierra en que se nace; con fuerza, con ternura”…por que, “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”.

Carmen López Matínez en Radio MaboasTambién escribió El Héroe Nacional de Cuba que “no hay más suelo firme que aquel en que se nació” y que “El vanidoso mira a su nombre: y el hombre honrado, a la patria”.

Todo ello lo conoce muy bien Carmen López Martínez, una amanciera que  reside en España; Jonny, mi vecino, no. Nunca lo sabrá, jamás comprenderá que “Sólo son amigos de la patria los que saben deponer ante ella sus iras y tentaciones”…que “Patria no es más que la pasión del decoro y ventura del hombre”,…que “el que levanta a su país se levanta a sí propio”.

Por eso, Carmen, seguirá amando desde España el cielo cubano, “él más azul que haya visto nunca”, mientras Jonny, escuchando en su MP4 música ajena, sigue soñando con la estatua de la Libertad, porque “Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses”, he ahí la diferencia.

Otra víctima de Posada Carriles

Como todo infante, él merecía una linda fiesta de cumpleaños; el primer añito siempre es motivo de alegría familiar, de alborozo del barrio.

Nació el 6 de octubre de 1975, fue el último de siete hermanos, cuatro hembras y tres varones; su primer aniversario se preparó con mucho entusiasmo.

La fecha esperada llegó, todo estaba listo al estilo humilde de una familia de obreros; los niños del vecindario alistaban sus mejores galas para derrochar energías en el esperado convite.

¡Inocentes criaturas¡ ¿cómo decirles que su fiesta no sería posible? ¿Cómo explicarles que manos criminales habían empañado el disfrute infantil?

No se conoce todavía cómo pudo ser pero fue, cuando la noticia de la voladura en el aire de un avión  con 76 personas a bordo llegó, los vecinos, mayores y niños entendieron que no podía haber fiesta.

Aquel pequeño que esperaba y merecía su fiesta del primer añito nunca más celebró cumpleaños. Ese día para Alexey es sagrado, para él y su familia es de luto. El también fue víctima de Posada Carriles y del terrorismo.

Magisterio, fragua de virtud

En todo juego infantil el deseo de ser maestro se hace visible. Nunca falta  el niño o la niña que deje en cualquier lugar su  huella como símbolo de una aspiración inocente.

Cuando solo tenía quince años mi sueño de ser educadora se vio materializado. Frente a mí aparecieron caras marcadas por el paso de los años, pero con muchas deseos de recuperar el tiempo perdido, en muchos casos por dedicarse al trabajo como única forma de subsistencia. La Facultad Obrero Campesina me abría las puertas para vaciar mis anhelos de  niña. Luego tuve la oportunidad, al desempeñarme como profesora de Literatura en la enseñanza Secundaria Básica, y al relacionarme con adolescentes colmados de inquietudes.

Ahora, desde otra profesión que también educa, recuerdo aquellos días entre pupitres y pizarrones, vienen a mi mente  Isabelita, con su sonrisa afable y rostro dulce. Teley, alto y alegre, quien siempre se las ingenió para llevar a cada alumno un caramelo;  Marciano, bonachón y compañero inseparable de la guitarra, instrumento  con el cual amenizaba los recreos.  Juan Carlos, con amplio sombrero, nos guiaba a las movilizaciones, el que alzaba la voz para decir las consignas más alentadoras ante el calor de los cañaverales, o Rolando,  recto, serio, amigo de la disciplina y la puntualidad, pero en fin, ¡ el mejor maestro!

Es poco lo que se puede escribir cuando de educadores se trata, poco porque nunca será suficiente para expresar lo que son capaces de transmitir esos seres que se quedan siempre  en los corazones de quienes reconocemos en ellos, sencillamente, a los protagonistas de una obra de infinito amor.